El éxito de un negocio dedicado a la restauración depende de factores tan dispares como la situación, el trato personal o la propia oferta de productos. Ofrecer un menú atrayente es decisivo para que el cliente entre por la puerta, y para que decida volver. Imprescindible en restaurantes, la elección de un buen menú es un valor añadido en bares, un punto a favor en un mercado muy competitivo. Al diseñar un menú para bares tener ideas claras sobre qué recetas son fáciles de preparar y económicamente rentables es vital.
Preparar un menú sabroso a buen precio no tiene por qué ser complicado. Aquí tienes un par de ideas de menús para bares.
Que el sabor marque la diferencia
Los champiñones al ajillo son un clásico en la restauración, y lo son por un buen motivo. Es un plato ligero y a la vez sabroso que va a gustar seguro. Aunque se usan habitualmente como pincho o tapa, también constituyen un fantástico primero.
Una chuleta de cerdo con un braseado de cebollas, pimientos y zanahorias es una buena opción después de los champiñones. El típico segundo de carnes con patatas fritas siempre funciona, pero basta un ligero cambio de acompañamiento para darle al menú un toque propio. El dulzor de la zanahoria y de la cebolla caramelizada crean contraste con el pimiento ensalzando el gusto de la carne.
Para terminar este menú bajo en hidratos de carbono, es apropiado un dulce. El arroz con leche es un postre económico que mantiene la calidad en textura y sabor durante horas.
Un menú fresco para los días de verano
La ensaladilla rusa es una apuesta segura para empezar un menú veraniego. Una receta fácil de hacer y particularmente apetecible en los días de más calor. Para darle un aspecto más vistoso a la presentación, se acompaña de verduras. La zanahoria rallada, unas hojitas de rúcula o unas tiras de remolacha le darán un toque más vivo y original que las habituales aceitunas.
Unas brochetas de atún con verduras a la parrilla son un perfecto segundo. El atún cortado en tacos se marida en zumo de limón y aceite de oliva con un punto de sal y pimienta blanca. Después, se monta la brocheta alternando el pescado con pimiento, tomate y cebolla, y se pasa a la parrilla. Las brochetas son ideales para comer en una terraza. Además de un sabor sobresaliente, ofrecen un alto valor nutritivo.
Aunque el helado es el rey de los postres veraniegos, y un recurso muy socorrido, un sorbete de mango es una opción aún más refrescante. Y tiene la ventaja de no estar disponible a cualquier hora en cualquier otro local.
Algunas ideas de menús para un restaurante
Hacer un menú atractivo a veces es tan fácil como recurrir a lo de siempre y darle un giro que le aporte carácter. Las lentejas estofadas con gambas y alcachofas son ricas en proteínas de origen vegetal. Se pueden combinar con el siempre agradecido segundo de carne sin que la comida resulte repetitiva o demasiado grasa.
Así, de segundo, quedan bien unas costillas de cordero con guarnición de patatas y pimientos de piquillo salteados. El pimiento potencia el sabor de la carne con un toque picante. Para que este plato funcione hace falta poco más que unas costillas de buena calidad, sazonadas con sal, pimienta negra y tomillo, y preparadas al punto en el horno.
Para terminar esta comida es mejor un postre ligero, como una sencilla mousse de limón.
Las patatas, acompañantes por antonomasia, también pueden ser protagonistas de un delicioso primer plato. Buen ejemplo de ello son las patatas a la importancia, un plato tradicional y muy económico. Las patatas se rebozan en huevo y harina para luego guisarlas en un caldo de vino blanco y especias.
Unos pimientos rellenos de bacalao son un segundo muy apropiado en este caso. Un plato lleno de color, cuyo gusto y textura hacen contraste con el primero. Además, su bajo contenido calórico viene bien tras un plato fuerte.
Como postre, una macedonia de frutas de temporada redondea una comida muy saludable.
Recetas fáciles de hacer, bien presentadas y combinadas es todo lo que un menú necesita.